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Mostrando las entradas etiquetadas como causalidad

LA LIBERTAD NO ES FIN NI MEDIO, SINO PROPIEDAD DE LA BONDAD ABSOLUTA

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  La Libertad (Mt 6) no es un Fin (Causa) ni un Medio (Causalidad), sino una Propiedad de la Causa para ser eficiente en la Creación y Ordenación de los Medios necesarios e indispensables (estado del Ser) para un Fin más Alto (Altísimo) que la Libertad [1] : la Preservación de la Plenitud de la Gracia Incondicionada (Lc 6) o Bondad Absoluta de la que incesantemente emana la Belleza de una Creación que es Alegría Celestial (Zz 13:2, Jn 3:29-30) de la que se alimenta la Vida Eterna (Jn 3:5-8, 4:31-38, 10:32-39).  La Bondad, para ser Absoluta (Gracia Incondicionada que no necesita ningún fundamento determinante de su comienzo), ha de ser Libre, pues, no siendo Libre, la Bondad sólo puede ser relativa o caprichosa, siempre condicionada por las circunstancias (sometida a condiciones iniciales de causa-efecto) y, por lo tanto, vulnerable a la tristeza, la depresión, la inseguridad, las tinieblas, la infelicidad, … y una infinidad de estados volubles del Ser que le impiden ser Absoluta (...

"Reino de Dios en la Tierra como en el Cielo": descarga gratuita del libro en pdf

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  En la sección  LIBROS EN PDF  de este blog puedes descargar gratuitamente el libro "Reino de Dios en la Tierra como en el Cielo: ¡Estad Siempre Alegres!". En él,  a modo de citas sin comentarios, se recoge la esencia de todo lo que se ha ido publicando en los distintos títulos de  "Sabiduría de Dios para el Hombre y Krística de Una Razón Pura" . Es, por así decirlo, el "libro de bolsillo" y base de la labor de difusión de Consciencia Krística que, desde el fomento del diálogo interreligioso, realizamos en la plataforma digital. Igualmente, en él se resume de forma concisa y, como decimos, sin comentarios ni apreciaciones subjetivas, la literalidad de los textos de los Libros Sagrados en que se fundamenta el trabajo interior que, día a día, realizamos quienes a ello nos dedicamos en nuestras vidas particulares. Con este propósito fue redactado, de modo que pudiera servir (ser útil) como guía de orientación inicial a todo lo publicado con posterioridad, as...

12.2 (I) Conocimiento y Acción

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      I. “Frente al mal está el bien, frente a la muerte la vida y frente al piadoso, el pecador. Y así contempla todas las obras el Altísimo, todas de dos en dos, una frente a otra” (Eclo 33:14-15). “Bajo el cielo, todos pueden ver la belleza como belleza, pero sólo porque existe la fealdad. Todos pueden reconocer lo bueno como bueno, pero sólo porque existe la maldad. El ser y la nada se generan el uno al otro. Lo difícil nace de lo fácil. Lo corto define lo largo, lo bajo lo alto. El antes y el después se suceden entre sí” (Tao 2). “Para los buenos son llanos Sus caminos, para los malos son piedras de tropiezo. Desde el principio fueron creados los bienes para los buenos y los males para los malos” (Eclo 39:24-25).    Si todas las cosas son buenas y, todas juntas, muy buenas , ¿qué quiere decir esto, entonces?:    El progreso ascendente o descendente del hombre interior no viene de nuestras buenas o malas obras, sino que éstas son manifestac...

11 (I) Que debes Estar en el Cielo para Ser en la Tierra como en el Cielo

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            I. Desde el capítulo 1 decíamos lo siguiente: en la elección de lo que se quiere conocer para el entendimiento reside el ser o no-ser del alma, pues, ser o no-ser es una cuestión de estado, o lo que es lo mismo -y parafraseando fuera de contexto a Luis XIV-, “EL ESTADO SOY YO” . Y por eso, no sólo ésta es la cuestión, sino que es la única cuestión, pues el autoconocimiento del estado no es cosa para ser curioseada “a ratos”, porque cuando el Ser “conoce a Su Señor”, Él se hace todo (1 Cor 15:28) en todo lo que vemos, oímos, tocamos, olemos, ... como Verbo de la Vida (1Jn 1:1-4) que se manifiesta en el entendimiento.          Basta teclear en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua la palabra “estado” para comprobar que todo en el Ser es “cuestión de estado” en cualquiera de sus acepciones, siendo las tres primeras: 1)    “Situación en que se encuentra alguien o algo, y en especi...

6 (II) La Libertad: Nacimiento a la Causalidad de la Causa de lo Existenciable en lo Eterno

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    II. Dios tiene el poder de hacer a los hombres seres capaces de ver Su Poder en la transformación de las propiedades de todo lo que nos rodea, devolviendo nuestra naturaleza corrompida a su pureza (Ef 2:1-2 y 12-13) para hacernos instrumentos de Su Gracia (BG 11:44 y 14:26), esto es: "todas las cosas cooperan al bien de los que aman a Dios"  (Rom 8:28) para favorecer que el hombre pueda ser perfeccionado en la suprema virtud, que es “aceptar la responsabilidad de descubrir y transmitir la verdad total” (HH 16).    Y para ello, el hombre ha de volver a nacer libre y nuevo. Y, así, en la simbología del lenguaje bíblico –histórico o fabulado, resulta indiferente- el Camino de Perfección en la Gracia comienza con la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud del sistema al que estaba sometido y no con el alcance de la meta de la Tierra Prometida. El Camino a la Gracia comienza desde la libertad. Y no es posible recorrerlo en la Ley, pues la Ley...

5 (y IV) La Ley: Causalidad de la Causa de lo Perecedero

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     IV. Cuando iniciábamos el primer párrafo del capítulo primero diciendo que “el entendimiento no extrae sus leyes (a priori) de la naturaleza, sino que se las prescribe a ella; leyes según las cuales un entendimiento es causa del mundo” no decíamos que sea el hombre quien invente y promulgue esas leyes, sino que, ya sea de pensamiento, palabra obra u omisión, determina o hace comenzar esa causa de la que la Ley es causalidad, “activando” una de esas redes o entrelazamientos de las infinitas combinaciones infinitesimales de continuidad entre los vínculos universales que se manifestarán en forma de realidad, existencia o experiencia posible de la vida en la Ley de todo lo perecedero, como todo lo que es causalidad de la causa en la naturaleza material. Y para el hombre es del todo imposible alcanzar a conocer ni tan sólo una millonésima parte de todos esos infinitos vínculos universales.    La causalidad de la causa en el hombre perecedero es el deseo (y...

5 (III) La Ley: Causalidad de la Causa de lo Perecedero

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     III. Todo es efímero en las realidades de la Ley: el sufrimiento es efímero, la felicidad es efímera y la vida es efímera. Todo en ella es temporal y todo en ella termina pasando. La Ley está “programada” por Dios para el gobierno de todo lo que es eternamente efímero a través de una justicia de naturaleza retributiva, tanto en su fortuna como en su adversidad, proveyendo a cada causa de lo necesario para que cumpla su función material y temporal y que, una vez cumplida, perezca. Todo ello en un proceso paulatino que, en expresión de Agustín de Hipona, consiste en la “privación del bien (la vida útil) hasta lo que de todo punto no es” , dando así a cada cosa la utilidad perfecta para el todo, de modo que “cada una de ellas es buena y todas juntas muy buenas” [1] .    La Ley, como causalidad de lo efímero, cumple así su propósito de existencia, haciendo que toda materia “vuelva al polvo del que fue formada” (Gn 3:19) para volver a ser formada sin memori...

5 (I) La Ley: Causalidad de la Causa de lo Perecedero

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  “La causa está causada por aquello de lo que ella es la causa” [1] .          I. “En el fenómeno, todo efecto es un suceso o algo que acontece en el tiempo; debe precederle, según la ley universal de la naturaleza, una determinación de la causalidad de su causa (un estado de ésta), a la cual sigue ese efecto según una ley constante. Pero esta determinación de la causa para la causalidad debe ser también algo que acontece u ocurre; la causa debe haber comenzado a actuar, pues de otro modo no se podría pensar ninguna sucesión temporal entre ella y el efecto. El efecto habría existido siempre, como la causalidad de la causa. Por consiguiente, entre los fenómenos, también la determinación de la causa para obrar debe haber nacido, y por tanto debe ser, como su efecto, un suceso, el que a su vez debe tener su causa, y así sucesivamente, y por consiguiente la necesidad de la naturaleza debe ser la condición según la cual son determinadas las causa...

2 (I) La Verdad os hará Libres

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      I. Dios ha puesto algo sublime en el interior de los hombres: “la Verdad en lo íntimo del Ser” . Sólo vivir conforme a esa Verdad nos hace libres, porque es en esa Verdad donde reside el auténtico propósito de existencia y donde únicamente podemos hallar a Dios para que nos enseñe Su Sabiduría para el hombre (Sal 51:8 “Tú amas la Verdad en lo íntimo del Ser y, en secreto, Sabiduría me enseñas” ). Ahí dentro, en lo secreto, es donde Dios se revela a Sí mismo en el interior del hombre (Mt 6:6) y nos descubre qué es lo que hemos de hacer en la vida para que nuestra existencia se Libre. No solamente libre de la esclavitud a la que hacíamos referencia en el capítulo anterior, sino libre del destino natural de los hombres, que, como ocurre con cualquier otra cosa de la Creación, es la muerte, pues todas ellas comparten su naturaleza perecedera y sólo al hombre se le ha otorgado la Gracia de poder vencer a ese destino común de toda materia.    Y, sin embargo, la...

1 (I) El esclavo no sabe lo que hace su Señor

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      I. “El esclavo no sabe lo que hace su Señor”  (Jn 15:15) y precisamente por eso es esclavo.    “El entendimiento no extrae sus leyes  (a priori)  de la naturaleza, sino que se las prescribe a ésta”, "leyes según las cuales un entendimiento es causa del mundo. Cuando esa determinación de su causalidad se refiere a un efecto en el mundo, que encierra un propósito moralmente necesario, pero inejecutable para seres de sentidos, entonces es posible un conocimiento de Dios y de Su existencia "  (Kant [1] ).    A diferencia de los animales, que no pueden escapar del sometimiento a las leyes que gobiernan los elementos, sólo al hombre se le ha dado la libertad de poder entender para elegir libremente el estado y destino de su existencia, según entienda o no que Dios, y sólo Él, es el Señor del tiempo interminable en el que prosperan  “el conocimiento del alma, la razón que conduce a la verdad, la palabra, la memoria, l...