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4.1. El Espíritu de Dios o Pureza de la Sabiduría

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     Señor de misericordia, que con tu palabra hiciste el Universo y con tu Sabiduría formaste al hombre para que dominase en las criaturas salidas de tus manos, para que gobernase el mundo con santidad y justicia. ¿Quién conocería tu designio si Tú no le dieras la Sabiduría y tu Santo Espíritu desde los cielos enviaras? Así se han enderezado las sendas de los que viven en la Tierra; los hombres que han aprendido qué es lo que te agrada y por la Sabiduría se han salvado [1] .    Yo, la Sabiduría, con la prudencia habito y poseo la ciencia de la sensatez. Dios me creó como primicias de Sus caminos, antes de Sus obras desde siempre. Fundada fui desde la eternidad, desde el principio, antes de los orígenes de la tierra, cuando aún no existían los océanos fui engendrada. Cuando echó los cimientos de la tierra a su lado estaba yo, como arquitecto, y era día a día Sus delicias, recreándome sin cesar en Su presencia, recreándome en Su orbe terrestre y teniendo mis delicias en los hijos de l

4 (y III) Sabiduría de Dios para el Hombre y Krística de una Razón Pura

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      III. Krística de una Razón Pura : de ese haber querido conocer a Dios en nuestro interior y la Verdad en lo íntimo del Ser emana la Vida Krística de una Razón Pura que discurre en el entendimiento de que el transcurso de la existencia del hombre en el mundo no está destinado a ver satisfecha su voluntad particular en el Reino de los Medios, sino a su formación, perfeccionamiento espiritual y dignificación para el Reino de los Fines. El mundo empieza a quedarse sin atractivos materiales que ofrecer al Hombre que renace a esta nueva Vida (Mt 4:1-11) y se comprende como lo que verdaderamente es: “el gimnasio del alma”, medio o necesariedad para la formación de lo necesario en el Reino de los Fines, que es la pureza espiritual del alma que ha de formar una sola cosa (Jn 17) en la región de la Gracia de la que procede la belleza del orden de todo lo eternamente eterno y lo eternamente efímero, y sin la cual sólo existiría caos.    El atleta sabe que necesita un buen maestro y discip