LA LIBERTAD NO ES FIN NI MEDIO, SINO PROPIEDAD DE LA BONDAD ABSOLUTA
La Libertad (Mt 4 a 7, Jn 8:28-32)
no es un Fin ni un Medio, sino una Propiedad de la Causa para ser eficiente en
la Creación y Ordenación de los Medios necesarios e indispensables (estado del
Ser) para un Fin más Alto (Altísimo) que la Libertad[1]:
la Preservación de la Plenitud de la Gracia Incondicionada o Bondad Absoluta de
la que incesantemente emana la Belleza de una Creación que es Alegría Celestial
(Zz 13:2, Jn 3:29-30) de la que se alimenta la Vida Eterna (Jn 3:5-8, 4:31-38,
10:32-39).
La Bondad, para ser Absoluta (Gracia Incondicionada que no
necesita ningún fundamento determinante de su comienzo), ha de ser Libre,
pues, no siendo Libre, la Bondad sólo puede ser relativa o caprichosa,
siempre condicionada por las circunstancias (sometida a condiciones
iniciales de causa-efecto) y, por lo tanto, vulnerable a la tristeza, la
depresión, la inseguridad, las tinieblas, la infelicidad, … y una infinidad de
estados volubles del Ser que le impiden ser Absoluta (Lc 6:33-34, Mt 5:
38 y 43).
En la Bondad Absoluta, por el
contrario, no son las condiciones iniciales, sino las condiciones finales (que
han existido siempre) las que determinan su comportamiento, apercepción y
evolución,
quedando las condiciones iniciales en el campo de lo desapercibido o “limpieza
de la memoria”(Jn 15:3, Is 65:16-17, Gn 1 y 2).
La Tierra Prometida no es un lugar,
sino cualquier día (continuo espacio-tiempo) del Hombre Libre (Jrm 40:4)
a quien "Dios le concede una existencia de Su propia Existencia y lo pinta
con el Color Divino. Todas sus cualidades internas y externas se cambian. Ese
día la Tierra se convierte en otra Tierra, igual que los Cielos" (Mc
10:27-31, Is 65, Ibn Arabí-"El Núcleo del Núcleo').
El Espíritu de Dios Altísimo es
nómada y libre (Jn
3:7-8); y, así como el Salmo 23 es Medio Perfecto para el Fin[2],
la Libertad es Propiedad necesaria de la Gracia en su andadura
por el mundo (Jn 17:17-18) para ser eficiente en la Creación y Ordenación de
los Medios para la Preservación Eterna de la Vida[3].
El hombre sólo puede obtener esta
clase de Libertad si le es otorgada por Dios. Y Dios sólo lo hará una vez
desaparecida la necesidad de contención del riesgo moral Universal (Sal 51, Eclo 51, Jn 8:31-32) y
exclusivamente en beneficio de la Causa Divina (Rom 8:26-30), que es
siempre la Preservación Eterna de la Vida Universal (Jn 5:17, BG 3:22-25, Sab
6:24).
[1]
Ver capítulos 5, 6 y 7 del Libro 1 (“Yo voy al Padre”).
[2]
Ver “El
Fin-Causa de la Existencia Útil en la Vida Eterna”
[3] Prolg: “Tercera parte de la principal cuestión trascendental: ¿Cómo es posible la metafísica en general?”.
