Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Nombre del Padre

14.3 (III) Razón adversa y Razón propicia

Imagen
            III. Por eso dice el apóstol Juan que “quien cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo” , pues, a través de quienes no han buscado su propia Gloria (ni en la enseñanza ni en el aprendizaje), sino la de Dios Altísimo, “sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero; y estamos en el Verdadero, en Su Hijo, Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna” (1Jn 5:10 y 20). “Juzgaos a vosotros mismos si estáis en la Fe; examinaos vosotros mismos. ¿No reconocéis que Jesucristo está dentro de vosotros? A no ser que estéis descalificados” (2Cor 13:5).          Y es por esto que, quien finge buscar ser complacencia de Dios Altísimo, pero esconde en su interior otros propósitos distintos de los propósitos puros de Dios para el Hombre existenciable en el Reino de los Fines, jamás encontrará Maestro y deambulará de un lado para otro ...

13.2 (V) En Espíritu y en Verdad

Imagen
            V. Y, por último, entiende bien, “en Espíritu y en Verdad” , la diferencia entre quien nace al nuevo día en el Espíritu Santo del Altísimo y quien lo hace despreciando el regalo más precioso que jamás haya hecho Dios a cualquiera de Sus criaturas: el ejercicio sabio y consciente del libre albedrío desde antes de que Dios “ponga los cimientos del nuevo día para todas las criaturas”: -          En el Espíritu Santo del Altísimo, la voz del hombre cuya determinación es “Yo voy al Padre” clama “desde las profundidades Te invoco …” (Sal 130) pidiendo Espíritu de Santidad (Sal 51, Lc 11:13), y, entonces, el Hijo y su mundo (forma visible) es formado y perfeccionado en cada nuevo día a imagen y semejanza del Padre (nombre del Padre que es Dios Altísimo) por acción del Espíritu Santo (poder que actúa dentro y fuera del Ser haciendo uso de la razón), siendo ese entrelazamiento trinitario el que conforma el Ser...