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Mostrando entradas de enero, 2024

9 (II) Paradoja del Siglo XXI

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      II. Imagina por un momento que eres un esclavo en una cantera de extracción de piedra para la construcción de la pirámide del faraón. Trabajas sin descanso desde el amanecer hasta el ocaso bajo el sol abrasador y bajo el látigo del capataz, que no te deja respiro, hasta que tus huesos no pueden siquiera soportar el peso de tu cuerpo. Durante tus interminables días de fatigoso trabajo ves cómo el faraón se pasea inspeccionando sus propiedades, transportado a hombros por los esclavos de la corte; y tú sueñas “¡oh; si tan sólo pudiera ser como uno de esos esclavos que trabajan en la corte del faraón; qué feliz sería dejando atrás la cantera para servirle viviendo en las comodidades de palacio!” .    Sin darte cuenta, sucede el “milagro” y te ves transportado de época, país, …  Ahora eres siervo del rey Enrique VIII y vives en su palacio. Atiendes al rey, a su esposa y a los príncipes. Duermes y vives protegido de las inclemencias del tiempo en un magnífico edificio del siglo XVI co

9 (I) Paradoja del Siglo XXI

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      I. El hombre del siglo XXI va perdiendo a pasos agigantados su imparable y extenuante carrera en busca de la felicidad sin ser capaz de percibir cómo ésta, con la excepción de algunos efímeros momentos puntuales que permiten mantener viva esa falsa ilusión, se aleja cada vez más de su vida mientras sigue y sigue corriendo, como en la paradoja de la tortuga de Zenón, en pos de un vano intento de acomodarse a los parámetros de esa ficción llamada “sociedad del bienestar”, creada ad hoc como sistema imperceptible de control del hombre esclavo, que es promovida tanto desde los propios gobiernos a través de incesantes medidas dirigidas a incentivar el consumo desenfrenado -¿no era el ahorro lo que antes se incentivaba?- como de la invasión publicitaria y pornográfica diaria (pornografía en todos sus sentidos: sexo, opulencia, riqueza obscena, celebración de la ordinariez y bajeza televisiva, creación elaborada de ídolos/tótems a los que adorar, …). Y lo hace abriéndose paso a través

8 (y IV) El Tiempo dado

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      IV. A medida que aprendemos a amar como Dios nos ama (Jn 15:12), todo, absolutamente todo lo que el hombre ha conocido como “realidad” es transformado, pues, “mientras esto ocurre, Dios le concede una existencia de Su propia existencia y lo pinta con el Color Divino. Todas sus cualidades internas y externas se cambian. Ese día la tierra se convierte en otra tierra, igual que los cielos … y todos ellos se manifiestan por la existencia de Dios, el Único Creador y Destructor de todo” [1] , y es fácil quedarse atrapado por la fascinación de la causalidad tan maravillosa que se presenta ante nuestros ojos hasta el punto de que podamos olvidar la causa para la que esa causalidad es creada por Dios, que es seguir andando “hoy, mañana y al día siguiente” (Lc 13:33) el único Camino de continuidad infinitesimal de vínculos universales que lleva a la Vida Eterna hasta que Dios haya de  “acabar Su obra” en nosotros [2] .    Así que es crucial que entiendas que jamás debes detenerte en

8 (III) El Tiempo dado

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      III. Y cuando esto ocurre, el significado y el sentido de las palabras que usamos en el lenguaje del mundo, es sustituido por el del lenguaje del alma, de la Eternidad, de Dios Altísimo, de modo que, no sólo “personalidad, corazón, espíritu, inteligencia, misterio, todo significa lo mismo, siendo sólo nombres diferentes que se aplican a una misma cosa que toma formas diferentes en momentos diferentes … creación, producción, invención fabricación y emanación son palabras que indican un mismo significado, (porque) , aunque tengan una pequeña diferencia semántica, todas vienen a ser lo mismo, (pues) lo que se quiere dar a entender con ellas es la manifestación de la revelación de Dios … hay que saber que la Verdad que lo abarca todo es uno de los muchos nombres que se refieren a lo nombrado (que) algunos gnósticos lo han interpretado como Amor, otros lo han hecho como Fuerza y Palabra Eterna” [1] , sino que, además, cuando el río de la vida ha vuelto al océano que es su origen porq

8 (II) El Tiempo dado

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      II. Llamamos pasado, presente y futuro a las formas que adoptan las partículas del tiempo, agrupándose y desagrupándose para volver a agruparse, pero el tiempo jamás desaparece, sino que permanece o “cambia de manos”, pero jamás desaparece. No “se va” al pasado ni al futuro. Es lo único que permanece y es lo que, realmente, significa la palabra Eternidad.    “Sería más propio decir que los tiempos son tres: presente de las cosas pasadas, presente de las cosas presentes y presente de las cosas futuras. Porque éstas son tres cosas que existen de algún modo en el alma, y fuera de ella yo no veo que existan: presente de las cosas pasadas (la memoria), presente de las cosas presentes (visión) y presente de las cosas futuras (expectación)” [1] , es decir, aquello que tiene presencia en nosotros en la memoria, en la visión y en la intención, pues, presente y presencia son la misma cosa y, por eso, “es necesario mantener el corazón puro de cosas que no sirven para satisfacer a Dios. Hay

8 (I) El Tiempo dado

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     I. “Alegraos en la misericordia del Señor, no os avergoncéis de Su alabanza. Haced vuestra obra antes del tiempo dado, y, a su hora, Él os dará la recompensa” (Eclo 51:29-30).  “YOSOY el tiempo interminable en el que prosperan el conocimiento del alma, la razón que conduce a la verdad, la palabra, la memoria, la inteligencia, la constancia y la paciente indulgencia; la muerte que todo se lleva y el origen de todo cuanto llega”  (BG 10:32-34). Así pues, “mirad diligentemente cómo os portáis, no como necios, sino como sabios, sacando partido del tiempo, pues nuestros días son malos. Por eso, no seáis insensatos, sino entended más bien cuál es la voluntad del Señor” (Ef 5:15-17).    La región de Dios que es Dios de los Padres y Padre de los dioses, el Eterno, de quien todo depende y en quien todo se asienta (BG 9:4), Señor de los Cielos, de la Tierra y de todo lo que hay entre ambos para quienes creen (Cor 26:23), Artífice de todo lo que existe (Sab 13:9 y Prov 8), Dios Altísimo

"Yo voy al Padre": descarga gratuita del libro en pdf

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  En la sección LIBROS EN PDF  de este blog puedes descargar gratuitamente el libro "Yo voy al Padre", en el que se recogen todas las entradas publicadas hasta ahora (Capítulos 1 a 7) de "Sabiduría de Dios para el Hombre y Krística de Una Razón Pura".

Carta al Lector: detente y reflexiona

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     Mi amadísimo lector:    Sé que sufres en muchas ocasiones -quizá demasiadas- los embates propios y ajenos de la ira, del resentimiento, de la dureza, de la ansiedad, del engreimiento, de la insolencia, de la naturaleza engañosa, de la desorientación, del desconcierto, de la inseguridad, … del aparente sinsentido de la vida; y también sé que el motivo por el que sufres es porque no sabes porqué sufres.           “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” . ¿Por qué crees que puedes conocer y saber lo que no has querido aprender?    La única Verdad que hace Libre es la que hace Libre del sufrimiento y de la muerte, y esa Verdad sólo está en Dios. Dice el libro del Eclesiástico: “mis ojos buscaban un socorro humano (en el intelecto humano) y no lo había” . En el mismo libro, después de haber encontrado la única Verdad que hace Libre del sufrimiento, dice su autor: “ved con vuestros propios ojos qué poco he trabajado yo y qué gran descanso he encontrado” .    Todos los esfuerzos que

7 (y V) La Gracia: Causalidad de la Causa de lo Eternamente Eterno

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      V. La libertad que otorga Dios desde la Gracia como causalidad de la causa de lo existenciable en el Reino de los Fines es, justamente, restauración de una Razón Pura, virgen, inmaculada y sin mancha en la que Dios Altísimo puede hacer Su morada en el Hombre Nuevo (Jn 14:23) y, por tanto, ser causa de Sí Mismo en el Hombre que, desde ese renacer espiritual, ES VIVIDO POR DIOS, pues el hombre no puede ser causa en sí mismo de aquello que no es: GRACIA PURA E INCONDICIONADA.    Pues, ¿cómo puede el hombre negarse a sí mismo (Mt 16:24) si no es siendo sustituido por Dios? El hombre sólo puede ser causa de sí mismo, y por eso le es imposible escapar de su propio seol. “Pero no para Dios; que para Dios todo es posible” (Mc 10:27). Y por eso, para la prosperabilidad del propósito divino de existenciación del Hombre Nuevo en el Reino de los Fines “nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa

7 (IV) La Gracia: Causalidad de la Causa de lo Eternamente Eterno

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      IV. Quienes han conocido la Dicha Suprema de la Vida en la Gracia, entienden cuán muertos estaban antes y cuán muertos están los que no han alcanzado la dicha de la Gracia. Y por eso, ese imperativo categórico por el que el hombre, queriendo salir por él mismo del laberinto de la Ley, se imponía a sí mismo y pretendía imponer a los demás como Ley universal que él consideraba buena, deja de tener sentido, pues ha visto que ni tan siquiera era capaz de entender esa regla de oro que es la Ley y los profetas y que Jesucristo expresó como “hacer y tratar a los demás como quisiéramos que nos hicieran y trataran a nosotros” (Mt 7:12), pues, durante el curso de su vida en la Ley, nunca supo lo quería para sí (Rom 8:26-27). Antes de SER VIVIDO POR DIOS, el hombre bienintencionado busca por sí mismo el sentido y propósito de su existencia, devanándose los sesos para distinguir el bien del mal desde su corta perspectiva humana, sin tan siquiera llegar a comprender cómo hacer y tratar a