4.3 El Secreto de la Perpetuidad

El Cielo es eterno, la Tierra permanece. ¿Por qué duran para siempre el Cielo y la Tierra? Porque no viven sólo para sí mismos. Éste es el secreto de la perpetuidad. Por eso el sabio se sitúa en último lugar y, por ende, se antepone. Se mantiene como testigo de la vida, ajeno a sí mismo, y por eso subsiste. ¿No es así porque olvida su propio interés? De esta manera alcanza su objetivo. [1] . Así, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos [2] . Por eso, todo lo que queráis que hagan con vosotros los hombres, hacedlo también vosotros con ellos, porque esto es la Ley y los Profetas [3] . Sirve a los demás y todas tus necesidades serán colmadas, pues es la acción desinteresada la que hace que nos realicemos [4] . Practicar la virtud es ofrecer desinteresadamente ayuda a los demás, dar sin limitación alguna el propio tiempo, capacidades y posesiones, en cualquier ocasión y lugar en que se necesiten, sin prejuicio alguno relativo a la necesidad de la pers...