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4 (II) Sabiduría de Dios para el Hombre y Krística de una Razón Pura

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      II. Sabiduría de Dios para el Hombre : sin embargo, esa Sabiduría de Dios para el Hombre es distinta de la que opera de forma “automática” o sin consciencia de sí misma en el resto de seres y cosas de Su Creación, pues Dios ha dado al Hombre la capacidad de poder ser consciente de sí mismo y libre albedrío para querer o no querer ser consciente de sí mismo y, por lo tanto, trascender su condición animal en la Mediedad y en el Reino de los Medios -sometidos ambos a las leyes universales que gobiernan todo aquello que es de naturaleza perecedera- y alcanzar la dignidad de servir (ser útil) al Reino de los Fines y, por tanto, a la preservación y evolución del Todo Perfecto desde la Bondad Infinita e Inmutable, Siempre Alegre, Universal y Libre: la región de Dios que es Dios de los Padres y Padre de los dioses, el Eterno, de quien todo depende y en quien todo se asienta (BG 9:4), Señor de los Cielos, de la Tierra y de todo lo que hay entre ambos para quienes creen (Cor ...

4 (I) Sabiduría de Dios para el Hombre y Krística de una Razón Pura

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    I. Sabiduría de Dios para todas las cosas de Su Creación : existe una Sabiduría de Dios impresa en el núcleo de todos los seres y cosas de Su creación, según sea la naturaleza originaria de éstos en el propósito que Él ha dado a cada cosa. Como hemos avanzado antes, y conviene repetir ahora (Filip 3:1), la orquesta que interpreta la partitura de la sinfonía de Dios está compuesta de los músicos y timbres más variados que, bajo Su batuta, conforman una sonoridad cuya belleza es comparable a la diversidad de la flora, fauna, montañas, ríos, océanos y cielo estrellado que nos ofrece nuestro planeta (BG 18:41-44, 1Cor 12,) y en la que cada uno de los músicos puede alcanzar tanta perfección en su instrumento como perfecto es Dios en la dirección (BG 18:45, Mt 5:48).    Todo está diseñado por Dios para cumplir una función perfecta dentro de Sí Mismo, pues, “en Él vivimos, nos movemos y existimos” (HA 17:28), siendo Dios y sólo Dios el Único y Perfecto Optimizador de ...