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14.1 (III) Razón adversa y Razón propicia

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            III. En relación a la perplejidad que ocasiona a la razón humana enfrentarse a las cuatro proposiciones de tesis y antítesis para la búsqueda de respuestas a sus necesidades metafísicas, escribía Kant como nota a pie de página que “por eso me gustaría que el lector crítico se ocupase principalmente de esta antinomia, porque parece que la naturaleza misma la hubiera erigido para dejar perpleja a la razón en sus pretensiones temerarias, y para obligarla a examinarse a sí misma. Estoy dispuesto a responder de cada una de las pruebas que tanto de las tesis como de las antítesis he dado, y a demostrar, con ello, la certeza de la inevitable antinomia de la razón” . Porque sólo conociéndose a sí misma puede la razón llegar a saber si pertenece a los doctores de la Ley que frustran el plan de Dios para con el hombre (Lc 7:30) por causa de una razón humana que, al creerse a cargo del gobierno del Ser (Mt 16:23), le es adversa y no aliada, y, en tal caso...

7 (y V) La Gracia: Causalidad de la Causa de lo Eternamente Eterno

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      V. La libertad que otorga Dios desde la Gracia como causalidad de la causa de lo existenciable en el Reino de los Fines es, justamente, restauración de una Razón Pura, virgen, inmaculada y sin mancha en la que Dios Altísimo puede hacer Su morada en el Hombre Nuevo (Jn 14:23) y, por tanto, ser causa de Sí Mismo en el Hombre que, desde ese renacer espiritual, ES VIVIDO POR DIOS, pues el hombre no puede ser causa en sí mismo de aquello que no es: GRACIA PURA E INCONDICIONADA.    Pues, ¿cómo puede el hombre negarse a sí mismo (Mt 16:24) si no es siendo sustituido por Dios? El hombre sólo puede ser causa de sí mismo, y por eso le es imposible escapar de su propio seol. “Pero no para Dios; que para Dios todo es posible” (Mc 10:27). Y por eso, para la prosperabilidad del propósito divino de existenciación del Hombre Nuevo en el Reino de los Fines “nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pi...