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Mostrando las entradas etiquetadas como ley moral

Todo por A-mor y nada por Te-mor

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  El Bien es Amor al Bien Universal. Y Amar no es "abobamiento" [1] , sino trabajo consciente (Jn 5:17) que consiste en hacer y desear conscientemente el Bien Universal (Mt 7:12) en cualquier circunstancia, de modo que no sea nuestra voluntad (siempre e irremediablemente interesada y partidista), sino la infalible Voluntad de la Bondad Absoluta Universal de Dios (Lc 6:35) -por la que el Universo evoluciona conforme a sus condiciones finales [2] - la que actúa a través de nosotros (acción del Espíritu Santo). “Aquello que debe ser moralmente bueno, no basta con que sea conforme a la ley moral, sino que también ha de suceder por mor [3] de la misma” , porque, sólo cuando esto es así, " la Razón Práctica puede realizar su trabajo de buena gana" [4] . Y ello porque, entendiendo “causa” como Fin/Resultado buscado y perseguido [5] ,   "la causa está causada por aquello de lo que ella es la causa" [6] y por ninguna otra causa puede ser causada. Luego, aquello ...

14.1 (II) Razón adversa y Razón propicia

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            II. Y ello, precisamente, por no trascender los límites de la mera razón, que se encuentran en la revelación que nadie más puede transmitir [1] , y cuya única fuente es la relación íntima y estrecha entre Padre e Hijo: una relación que, sólo cuando es vivida “en lo secreto” (Mt 6:4, 6, 18 y 19-21 y Rom 14:16 y 22), a través del estudio de los Libros Sagrados, la meditación, la oración y la contemplación sagradas, es vivificada por el Espíritu Santo para “la justicia, paz y gozo” (Rom 14:17) del Espíritu en el hombre por su entendimiento espiritual y de su razón humana al ser dispensada de lo que no le corresponde (Mt 16:23), pues si, como veíamos al inicio de este capítulo, la razón humana no necesita descubrir “lo interior de las cosas” (noúmeno), el Espíritu que dice “Yo voy al Padre” sí lo necesita (de ahí la predisposición del hombre a la metafísica), “y vuestro Padre conoce vuestras necesidades antes de que se lo pidáis” (Mt 6:8), a f...

14.1 (I) Razón adversa y Razón propicia

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            I. A nuestro parecer, nadie como Kant (ni tan siquiera Heidegger o Jung) ha profundizado jamás en los entresijos de la razón humana originaria ( “pura” en la terminología kantiana), diseccionándola hasta el punto de llegar, a través de una vasta y extensa obra, a poner de manifiesto que, en su último rescoldo, la metafísica es, precisamente, hija predilecta de la razón humana puesta en nosotros por la naturaleza misma, quizá más que ninguna otra ciencia , siendo ésta “la finalidad y la utilidad de esta disposición natural de nuestra razón” y concluyendo, sin embargo, que a la razón humana no sólo le es imposible descubrir “lo interior de las cosas” (noúmeno), sino que, además, no lo necesita, pues lo que pertenece a su ámbito de “trabajo” es el “fenómeno” o “lo que, como objeto de los sentidos, puede pertenecer a la experiencia y puede ser puesto en conexión, según leyes de la experiencia, con nuestras percepciones reales” , de manera que, ...

1 (II) El esclavo no sabe lo que hace su Señor

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      II. La causalidad de la causa en la existencia de la persona (toda su experiencia posible de la vida) viene determinada por su grado de espiritualidad o materialidad. Así, la pureza, impureza u oscuridad de ese entendimiento depende, en primera y última instancia, del ser o no-ser del alma: de tener un alma viva que es dueña y señora de sus dominios y, por tanto, despierta y vigilante porque sabe elegir conscientemente Espíritu para su entendimiento, o un alma dormida que “a ratos” es invitada a despertar y curiosear qué tal le va a su anfitrión en la montaña rusa de la vida, pero a la que no se le otorga ninguna autoridad para ocuparse de esa vida, o un alma muerta.    Entender está, por un lado, en querer entender y, por otro, en no permitir que esa voluntad sea condicionada ni contravenida por causas ajenas, sino exclusivamente por el Espíritu de Dios o libertad que otorga el imperativo categórico de la ley moral interna y que ha de ser necesariamente ...