Bueno sólo es Dios, porque Dios sólo es Bondad Absoluta sin sombra del mal


Bueno sólo es Dios” (Mc 10:18), porque Dios sólo es Bondad Absoluta (Sab 1:1), Sabiduría y Amor Puro en el que nada manchado entra (Sab 7:25, 11:22-26), de modo que “el mal que padecen los demás seres les afecta sólo a ellos, pues en lo Divino está el Bien sin sombra del mal” (Brhad Up 1).

Ese “porque” es la Razón Pura de Su Existencia (Ezq 20) y esa “Bondad Absoluta” es el Espíritu Firme (Sal 51) al que obedece esa Razón Pura siempre y en todo lugar, esto es, dar fruto para la Preservación Eterna de la Vida (Sal 23, Sab 7:22-30): “Yo no cambio. Volved vosotros a Mí y Yo volveré a vosotros” (Mlq 3:6-7, Lc 15:11-32).

De no ser esto así, Dios, todo Él, sería caos y lamento, cuando Él todo lo ha creado (y continúa creando) para Su Alegría y Alborozo (Is 65). Y, del mismo modo que nada manchado entra en Dios Altísimo, tampoco hay Presencia Consciente de Dios Altísimo en las regiones del llanto y el crujir de dientes por cualquier cosa, pues es una contradicción en sus propios términos: si hubiese Presencia Consciente de Dios en esas regiones, no habría caos ni llanto ni crujir de dientes, pues ésa es la causalidad de las tinieblas ausentes de Dios.

Dios ejerce Su Presencia en los mundos ausentes de Dios a través de la “Digna Colonia de Hijos de Dios en la Tierra” (Sab 11:22-26 y 12:7) para ser conocido por quienes andan aún en las tinieblas (Mt 7:23) y, queriendo ser conocidos por Dios (Gal 4:6-9), puedan hallar el Camino a la Vida Eterna y a una vida en la Tierra como en el Cielo (Jn 17:3. Dios ejerce Su Presencia a través de ellos porque ellos mantienen Su Presencia a través del Pensamiento Permanentemente Consciente de su pertenencia a “Algo Más Grande” que ellos mismos (Jn 14:18, 14:11, 10:30, 15:1-7, 17:21, 1Cor 12:12, BG 10:20, 6:26). Así es “el Pensamiento de Kristo” (1Cor 2:12-16).

La salvación del mundo está en los muchos sabios” (Sab 6:24) que integran ese inmenso Cuerpo del Hijo de Dios en la Tierra (1Cor 12) y que, en la diversidad de sus manifestaciones de la única Verdad que se halla en el corazón de todas las variantes de la Fe (cristianismo, judaísmo, hinduismo, taoismo, …) conforman esa Colonia de Hijos de Dios en la Tierra mantenida por Dios, no para condenar al mundo, sino, precisamente, para que el mundo se salve (Jn 3:17) despertando al Kristo/Hijo de Dios que es la Voz de Dios Altísimo que vibra en lo íntimo del Ser de cada uno de los mortales que quieren recibirlo y en quienes, sintiendo y reconociendo esa vibración de Su Palabra Santa, resuena como la Voz de Dios en su interior (Jn 1, 1Jn 5: 10 y 20, 2Cor 13:5, Jn 10:26-30, Rom 8:14-17).

Son ellos salvación del mundo, porque, en ellos, “su existencia beneficia a todas las cosas” (HH 15) y “son bendecidas todas las gentes” (Gal 3:8), de modo que predomine siempre la pureza en este mundo, frente a la impureza y la oscuridad, evitando su autodestrucción y garantizando su preservación y correcta evolución (Gn 18:22-33, BG 4:6-8).

Dios, obrando en ellos el querer y el hacer (Filip 2:13, Jn 8:47), puebla, de este modo, el mundo de hombres a los que forma a Su Imagen y Semejanza perfecta durante su existencia terrenal (Lc 6), para Alegría del Segador, del Sembrador y del Dueño de la Cosecha, que va transmitiéndose de unos a otros, de modo que se recoge el fruto de lo que otros han trabajado antes, al tiempo que se trabaja para el fruto que otros han de recoger en el futuro (Jn 17:3, 4:31-38, BG 18:68-69):

  • -         Dando Visión Universal para la Preservación Eterna de la Vida (Sabiduría)
  • -         Dando Espíritu para el querer (intención)
  • -         Dando Razón para el hacer (pensamiento, palabra, acción y omisión)
  • -         Y dando Sagrado Corazón (Casa) en que guardar el Tesoro de la Biblioteca de Dios de la que el Hombre de Dios es su guardián[1] (Mt 6:19-21, BG 16:1-3).

Dios da libertad al hombre para conducirse en su vida como le plazca, incluso de forma totalmente contraria a su predestinación y frustrar Sus planes para con él (Lc 7:30, Jn 6:66), pero, al mismo tiempo, siempre garantiza la supervivencia de Cielo y Tierra y del propósito de toda Su Creación (Su Alegría y Alborozo) a través de Sus elegidos según Sus Designios: los que lo eligen a Él sobre todas las cosas (Rom 8:26-31, Mt 10:37-42).

Así pues, esta Gracia “la alcanzan los escogidos por Él, porque ellos lo escogen y a ellos revela Él Su Gloria”(Sal 51, Katha Up 2, Mund Up 2, Ef 1, Lc 11:13), de modo que, en esa única Causa que es el ejercicio del libre albedrío que elige vivir conforme a su predestinación, y no de manera discordante o contraria a ella, es en la que dice Jesucristo “no me habéis elegido vosotros, sino que Yo os elegí, y os he puesto para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis al Padre en Mi Nombre, él os lo conceda” (Jn 15:16).

Y así es como “el entendimiento no extrae sus leyes (a priori) de la naturaleza, sino que se las prescribe a ésta[2]; “leyes según las cuales un entendimiento es causa del mundo. Cuando esa determinación de su causalidad se refiere a un efecto en el mundo, que encierra un propósito moralmente necesario, pero inejecutable para seres de sentidos, entonces es posible un conocimiento de Dios y de Su existencia[3].

 


[1] Ibn Arabí: “El Núcleo del Núcleo”, Capítulo 8.

[2] Immanuel Kant: “Prolegómenos” (Ob. Cit.) – “Segunda Parte de la Principal Cuestión Trascendental: ¿Cómo es posible la ciencia pura de la naturaleza?; ¿Cómo es posible la naturaleza misma?” en relación a la “Deducción trascendental del uso empírico universalmente posible de los conceptos puros del entendimiento” y los fundamentos de la originaria unidad sintética de apercepción y el imperativo categórico de la ley moral que conforman los cimientos de la “Crítica de la Razón Pura”.

[3] Immanuel Kant: “Crítica del Juicio – Nota General a la Teología”.




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