5. Visión y Creación son la misma cosa: la Paz en la Sabiduría y en la Acción correcta
Ciertamente ve la verdad el hombre que
percibe que la Sabiduría y la Acción son una misma cosa[1].
Más, el Gran Camino es universal. Se extiende a derecha e izquierda. Todos los
seres le deben su existencia y, aun así, no toma posesión de ellos. Cumple su
obra sin reclamarla como suya. Como el Cielo, protege a todas las criaturas,
pero no se apodera de ellas. Todas las cosas retornan a él como al hogar, pero
no se enseñorea de ellas; por eso puede decirse que es grande, pues se hace
grande sin pretenderlo[2].
Disponte para la batalla con paz en tu alma.
Mantente en paz en el placer y en el dolor, en la conquista y en la pérdida, en
la victoria o en la derrota. En tal paz no cabe pecado alguno. Desempeña tu
obra en la paz del yoga y, libre de deseos egoístas, no permitas que el éxito o
el fracaso te perturben. Yoga es ecuanimidad mental, una paz que permanece
siempre la misma[3]. Mediante
el yoga de la meditación y contemplación los sabios vieron el poder de Dios
oculto en su propia creación. Él es quien gobierna sobre todas las fuentes de
este Universo, desde el tiempo hasta el alma del hombre[4].
El sabio no tiene una mente rígida; es
consciente de las necesidades de los demás. A los buenos trata con bondad. A
los malos también trata con bondad, porque la naturaleza de su ser es buena. Es
amable con los amables. También es amable con los que no lo son, porque la
naturaleza de su ser es amable. Es fiel con los fieles. También es fiel con los
infieles. El sabio vive en armonía con todo lo que está bajo la capa del Cielo.
Ve todas las cosas como si fueran él mismo; ama a todos como a su propio hijo.
Atrae a todas las personas. Se comporta como un niño pequeño[5].
