NOTA PRELIMINAR A LOS “LIBROS DE LA SIEMBRA”
Transcribimos a continuación la “Nota
Preliminar: Yo voy al Padre” con la que hemos introducido cada uno de los
tres primeros libros de esta serie de publicaciones, y que hemos querido
englobar dentro del título genérico “Libros de la Siembra”, para dar
paso a lo que, en las siguientes publicaciones, llamamos “Los Cuidados del
Reino”:
Nota Preliminar: Yo voy al Padre
La Sabiduría de Dios para el hombre se
manifiesta a través de infinitas formas, según sea la Verdad en lo íntimo
del Ser (Sal 51:8) de cada persona en particular: la intención o espíritu
que guía, consciente o inconscientemente, su pensamiento, palabra, obra y
omisión hacia aquello que persigue, busca o anhela en esta vida.
Así, quienes permanecen aún en sus
vidas atados a deseos terrenales, hallarán en su búsqueda de Dios (pues jamás
lo hallarán quienes no lo buscan) un espíritu que, obrando en ellos el querer y
el hacer, guiará su existencia de modo que, cuando se es leal a ese querer y
hacer que dicta ese espíritu, la vida es colmada de bendiciones terrenales, y
cuando se es desleal al dictado de ese espíritu, es sepultada bajo un cúmulo de
adversidades terrenales, muchas veces imposibles de comprender para la mente no
consciente de sí misma, pues “el esclavo no sabe lo que hace su Señor”
(Jn 15:15).
Esta manifestación de la Sabiduría de
Dios para el hombre, en escrupuloso respeto al libre albedrío de sus deseos
terrenales, está gobernada por la ley/karma/talión (son la misma palabra)
creada por Dios para “el hombre del mundo”: una ley de naturaleza retributiva
(no formativa) por la que, en definitiva, “con la que medida que midáis,
seréis medidos vosotros” (Lc 6:28), recogida en todos los Libros Sagrados y
de la que Jesucristo no abolió “ni una i, ni una coma” (Mt 5:17-18),
perfectamente justa conforme a leyes de naturaleza universal y para la que Dios
no precisa ejercer Presencia Consciente de ninguna clase. Es una vida “sin
Dios en el mundo” (Ef 2:12), pero gobernada por la Ley de Dios para el
mundo, pues, la ley se cumple a sí misma inexorablemente, de manera que cada
uno recibe o paga “hasta el último céntimo” (Mt 18:21-35) de lo que
merecen sus actos y pensamientos.
Distinta naturaleza reviste la
Sabiduría de Dios para el Hombre que, no albergando ya deseos mundanos (Jn
12:25), únicamente anhela volver al Padre (Jn 14:12), como magistralmente se
describe en la parábola del hijo pródigo que, sabiéndose perdido en el mundo, y
hastiado de él, ya sólo desea volver a la Casa del Padre y ninguna otra cosa
pre-ocupa su Ser (Lc 15).
La
Verdad en lo íntimo del Ser de quien únicamente se escucha a sí mismo
diciendo Yo voy al Padre es esa Sabiduría de Dios para el Hombre de la
que habla el citado Sal 51:8 al proclamar que “Tú amas la Verdad en lo
íntimo del Ser y, en secreto, Sabiduría me enseñas” y para la que el Kristo
nos muestra el Camino al decirnos “Tú, cuando ores, entra en tu habitación,
cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en
lo secreto, te premiará” (Mt 6:6).
A ellos está reservada la Sabiduría de
la Gracia o la Verdad que hace Libre (Jn 8:32) de la ley/karma/talión y del
mundo por ella gobernado.
Es la Sabiduría de Dios para el Hombre
que va al Padre y para quien ya no existe otro “asunto” en su vida, de modo que
en cualquier incidencia o acontecimiento que tiene lugar durante su existencia
ya no puede ver más que una de las distintas formas en que se manifiesta el
mismo “asunto”: Yo voy al Padre.
Y, porque esa es su firme
determinación, Dios libera su existencia de la ley y pasa a ser amparado por la
Gracia, cuya naturaleza, a diferencia del karma, no es retributiva (no lleva la
cuenta de sus acciones), sino exclusivamente formativa en todas y cada una de
las formas en que se manifiesta la Vida. Por eso dice Pablo de Tarso que “los
que tratáis de justificaros por la Ley, os separáis de Kristo; perdéis la
Gracia” (Gal 5:4).
Así pues, a pesar de que desde la
plataforma “www.casusalidaddelacausa.blogspot.com” (y la web de
direccionamiento “www.estadsiemprealegres.com”) nos dediquemos a la difusión de
una Consciencia Krística con la intención de que cualquier persona pueda comenzar
a adentrarse en el conocimiento del propósito que Dios le ha dado a su
existencia, es a estos buscadores del Camino Integral de regreso a la Casa del
Padre a quienes va dirigida toda nuestra tarea, que hemos titulado “Sabiduría
de Dios para el Hombre y Krística de Una Razón Pura”.
Es a ellos a quienes el Kristo revela
Sus misterios (Mc 4:11-12, Jn 4:25-26), a quienes se dirige la revelación de la
Verdad de la Palabra de Dios contenida en todos los Libros Sagrados (Jn
10:34-35, BG 18:67-69, Tao 1) y es sólo de ellos de quienes cabe esperar la
perseverancia, dedicación y determinación que requiere “querer entender” y
“ponerse en marcha” para andar el camino angosto que lleva a la puerta
estrecha (Mt 7:14), pero en el que el yugo es suave y la carga ligera
(Mt 11:30), pues en su andadura “Dicha y Gracia le envuelven todos los días
de su Vida” (Sal 23:6) y es a ellos a quienes el Padre sale al encuentro,
una vez han comenzado a andar el camino de vuelta a Casa y aún se encuentran
lejos, para “echarse al cuello de su hijo y cubrirlo de besos” (Lc
15:20). Porque el Padre sabe que ese Camino “es imposible para el hombre,
pero no para Dios” (Mc 10:27).