11 (III) Que debes Estar en el Cielo para Ser en la Tierra como en el Cielo
III. Ninguna dificultad presenta
entender la correspondencia entre esta sucesión de estados del Ser y las tres
primeras acepciones de la definición de “estado” dada por la RAE que hemos
transcrito al inicio de este capítulo y, por lo tanto, que todo en la vida es
cuestión de estado. Si la causa (fin último buscado por el Hombre Krístico a
través de la Sabiduría de Dios para el Hombre) es alcanzar la naturaleza de
instrumento de la Gracia que es complacencia de Dios tal y como la describe
Jesucristo en Lc 6 (y así se describe en cualquier Libro Sagrado), Dios hará de
la causalidad aquello que es necesariedad de lo necesario para la conservación
y prosperabilidad de esa causa, esto es, el estado de Paz de Dios que no turba
el corazón ni tiene miedo (Jn 14:27), liberándolo de toda pre-ocpuación, tal y
como lo describe Jesucristo en Mt 6 (y así se describe en cualquier Libro
Sagrado -wu wei-), de modo que, siendo el trabajo del hombre “estar en
el Cielo para Ser en la Tierra como en el Cielo”, esto es, creer A Dios (estado
permanentemente consciente de Su Verdad) a través del alimento diario del alma
que es el estudio de las Escrituras, la meditación, la oración y la
contemplación (Mc 12:24, Josué 1:8, BG 16:1-3, 16:23-24, Jn 5:39, Tao 48, HH
54, Sab 6), el trabajo de Dios es hacerlo posible (Jn 5:17, 6:29, Mc 10:27) obrando
en él el querer y el hacer (Flp 2:13) y proveyendo todas las cosas que
sabe que necesitamos, antes de que se las pidamos (Ef 3:20).
“Dios, rico en misericordia, por el
inmenso amor con que nos amó, estando nosotros muertos por nuestros pecados,
nos vivificó con la vida de Kristo -gratuitamente habéis sido salvados- y nos
resucitó y sentó en los Cielos por Kristo Jesús” (Ef 2:4-6). Así es que “si,
pues, habéis sido resucitados con Kristo, buscad las cosas de arriba, donde
está Kristo sentado a la diestra de Dios; pensad en las cosas de arriba, no en
las de la Tierra” (Col 3:1-2): tu trabajo es “estar en el Cielo (pensad
en las cosas de arriba) para Ser en la Tierra como en el Cielo”, y el
trabajo de Dios es que tú puedas “Ser en la Tierra como en el Cielo para Ser en
el Cielo”. “Estar en el Cielo” es “tener el pensamiento de Kristo” (1Cor
2:16), manteniendo un permanente estado de pensamiento consciente de que
nuestro libre albedrío es “Yo voy al Padre”, no haciendo las cosas para
ser vistos por los hombres y buscar su alabanza, sino en lo secreto, donde está
Dios Altísimo, que ve en lo secreto y buscando Su complacencia y Su alabanza
(Mt 6, 2Cor 10:17-18), sea lo que sea lo que estemos haciendo o a quien
tengamos delante, pero con el santo en el Cielo en todo momento.