Vigila tu pensamiento: quien duerme es vencido por el mundo
VIGILA TU
PENSAMIENTO (Mt 16:23)
Quien
duerme, es vencido por el mundo (Mt13:25, Gn 3)
Disciplinaos
en entender la relación entre vuestra forma de percibir y vuestros
pensamientos, palabras, obras y omisiones. Aceptad la responsabilidad de la energía
que sale de dentro de vosotros (HH 35-37).
Porque de
la abundancia del corazón habla la boca (Lc 6:45) y Dios da a todos el fruto de
sus labios (Is 57:19), asignando a cada cosa un lugar y una actividad
(experiencia de vida posible).
Y esa
experiencia de vida posible será en la Ley/Karma/Talión ausente de Dios o en la
Gracia de Su Presencia (Sal 119, Gn 17:1 Sal 131). primero en esta vida y,
después, en la Vida Eterna (Mc 10:30).
Tuya es la
elección (libre albedrío) de la palabra escuchada y hablada (Jn 8:47).
Y el Verbo
es Dios (Jn 1:1, 1Jn 1:1-4).
Tu vida es
la forma en que la acción y efecto de la palabra (Fuerzas de la Naturaleza)
afectan a tus sentidos.
El
Espíritu Supremo, Su espíritu en el hombre y la fuerza de la Creación de donde
procede la vida y la muerte de todas las cosas son siempre del mismo signo (BG
8:3, Jn 8:41-47).
Y de igual
modo, en el hombre también son siempre del mismo signo las tres formas con que
el tiempo se viste para hacerse visible: memoria (pasado), percepción
(presente) y expectación (futuro).
Éste es el
verdadero secreto del sabio ejercicio del libre albedrío: la elección
permanentemente consciente (no ocasionalmente consciente) de espíritu para la
vida.
Y quien
esto llega a conocer y entender, alcanza a comprender que Sabiduría y Acción
son la misma cosa (BG 5:5); esto es, que “mi Padre aún trabaja y yo también
trabajo” (Jn 5:17).
El mundo
es como un gran piano de cola en el que (1) la causa de que el sonido que sale
de ese piano sea música perfectamente armonizada o ruido desordenado está en
ti; (2) su causalidad está determinada por la cualidad y calidad del Dios en el
que crees (según seas politeísta, monoteísta, teísta, deísta, agnóstico o ateo
y creas en un Dios infinitamente bondadoso o vengativo y destructor, existente
o inexistente, lejano o cercano, luminoso o tenebroso, alegre o iracundo,
accesible o inaccesible, nombrable o innombrable, severo o paternal, …); y (3)
el progreso de la causa (sucesión de estados de ésta) es la evolución de su
tiempo dado en función de la cualidad y calidad de tu conocimiento de ese Dios
en tu interior y tu capacidad de ver cómo Su poder actúa dentro y fuera de
ti, esto es, la calidad y cualidad de tu Fe, pues “la Fe de un
hombre se muestra de acuerdo con su naturaleza. Al hombre lo hace su Fe.
Aquello que es su Fe, lo es él también” (BG 17:3).
Quien duerme, es vencido por el mundo (Mt13:25, Gn 3). Os digo
estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulaciones;
pero confiad: Yo he vencido al mundo (Jn 16:33).